lunes, 19 de septiembre de 2016

Respeta y te respetarán


Cuento inventado veinticinco

Un hombre occidental acudió al cementerio a visitar la tumba de un familiar querido. Depositó ante el féretro un hermoso ramo de flores.

A su lado una mujer, de una raza y religión distintas, colocaba un tarro de miel ante la lápida de un difunto.

El hombre, con sorna, hizo el comentario siguiente:

--“¡Qué costumbre tan rara! No sabía que los muertos pudieran levantarse para saborear la miel.”

A lo que la mujer le respondió:

--“Tampoco yo he oído jamás que un muerto se levante para oler flores.”

El aprendizaje que se llevó el hombre occidental es que hay que respetar las creencias y que, en vez de juzgar primero y escuchar después, hay que escuchar primero y valorar después.

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