martes, 1 de noviembre de 2016

Carrozas vacías



Cuento inventado veintisiete


El padre se llevó a su hijo pequeño de paseo por el campo. Eran tiempos antiguos. No había coches, ni bocinas ni ruidos molestos y las personas se movían con carrozas de caballos.

El padre le preguntó al pequeño: “Dime, Mateo, ¿qué oyes?”

El niño le respondió: “los pájaros, papá”.

- “Y además de los pájaros, ¿qué más oyes?”, inquirió el padre.

El niño cerró los ojos y buscó otro sonido.

- “Oigo una carroza, que viene por el camino”, dijo el niño.
- “Exacto. Una carroza vacía”, contestó el padre.

- “¿Y cómo sabes que está vacía? La oigo, pero a lo lejos. Todavía no la he visto”, preguntó niño.

Y entonces el padre le respondió algo que el joven Mateo recordaría para toda la vida:
“Cuanto más vacía va la carroza, más ruido hace”.

Hoy día Mateo es un anciano. Y sabe que cada vez que se encuentra alguien hablando más de la cuenta, interrumpiendo a los demás o hablando de forma vehemente, su padre está ahí para recordarle: “cuanto más vacía la carroza, más ruido hace…”

No hay comentarios:

Publicar un comentario